Megasequía intensifica boom de plantas desaladoras en la zona centro-norte del país
En momentos en que el país atraviesa por uno de los periodos estivales más secos de su historia y acumula más de una década de crisis hídrica, un reciente catastro oficial revela la existencia de nuevos proyectos públicos y privados para desalinizar agua de mar. El fuerte interés generado en el último tiempo desde el mundo público y privado se suma al boom registrado en los últimos cinco años en la construcción de plantas desaladoras para uso minero y consumo humano en gran parte de la zona centro-norte del país.
En la actualidad el país tiene una capacidad instalada de producción de 6.653 litros por segundo (l/s), en 10 plantas ubicadas principalmente entre Antofagasta y Atacama. Mientras el 76% de dicha producción se destina a la minería, el 24% restante es para consumo humano.
Según la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) del Ministerio de Economía, en este momento existen proyectos en desarrollo (en construcción, con resolución de calificación ambiental aprobada, o proyectados) por 14.584 litros por segundo adicionales, con lo que se espera totalizar una capacidad instalada de 21.237 litros por segundo en los próximos años y así, más que triplicar la actual producción.
El auge de este tipo de proyectos para enfrentar la sequía y el cambio climático tuvo una puesta en marcha emblemática la semana pasada en Caldera. El propio Presidente Piñera inauguró la primera planta desaladora estatal del país para consumo humano en la ciudad nortina, con lo que beneficiará a 220 mil personas de Atacama.
“Las plantas de desalinización son una muy buena solución para zonas que no tienen otras alternativas como en el norte del país, especialmente en las zonas costeras”, afirma el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, quien describe la escasez hídrica por la que atraviesa gran parte del país como “históricamente crítica”. La autoridad explica que la gran cantidad de cuencas en el país complejiza una solución única para las zonas centro, sur o central, donde la megasequía ha permeado con fuerza. “Mientras la gran mayoría de los países tiene entre 5 y 15 cuencas, Chile tiene 101. Eso significa que tenemos 101 problemas diferentes”, describe el ministro.
Auge en el norte
A las ya consolidadas plantas de desalinización para mineras en la zona norte, como las de BHP Escondida en Antofagasta y la de CAP en Atacama, se han sumado en los últimos años nuevos proyectos que están en construcción y otros que ya han sido aprobados ambientalmente.
En este grupo se encuentran la planta Quebrada Blanca 2 de Teck en la región de Tarapacá y la de Trends en la región de Atacama, cuya capacidad de producción de agua desalinizada bordea los 1.750 litros por segundo (ver infografía).
Más recientes son los proyectos de Freeport -Minera El Abra (Antofagasta) Goldcorp y Teck (Atacama) y Aguas del Valle (Coquimbo), los cuales aún no son ingresados a los procesos de calificación ambiental correspondientes.
Para María Molinos, vicedecana de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica, y experta en temas de agua y energía, las plantas desalinizadoras en Chile son una buena opción dentro de un menú de alternativas de gestión hídrica. “La desalinización puede ser la solución a casos puntuales, concretos, donde se requiere agua en determinados sitios, pero no puede ser la única solución”, afirma la especialista.
Molina explica que dado los efectos del cambio climático en la disponibilidad de agua en los próximos años, la estrategia hídrica debe tener como base un uso más eficiente del agua por parte de la población y las industrias, ya que la opción de plantas desaladoras aún pueden ser muy costosas en términos relativos. “No sacamos nada con tener cada vez más agua o incrementar la oferta (con agua desalada) si es que nosotros no cambiamos nuestros hábitos de consumo”, afirma Molina.
Fuente: La Tercera.